RADIANTE Y LUMINOSO
MIÉRCOLES:
Los tres primeros
días después del Domingo de Ramos son días que están encaminados en un solo
sentido y que es llegar al arrepentimiento de corazón; objetivo de todo el
ayuno que hemos tenido en la cuaresma, preparándonos así, para la boda con el
señor:
"¡He aquí viene el Novio a medianoche!... ¡Cuídate,
Pues!, ¡Oh alma mía!, para no caer en sueño profundo... "
(Tropario de la Oración
del Novio).
Las celebraciones de estos tres días son
un transitar hacia la tierra prometida como lo hicieron los Judíos en Egipto y
que ahora lo es para nosotros pasando de la esclavitud del pecado a la libertad
con Cristo. La iglesia es victima de todas las injusticias de este mundo, pero,
a la vez, por su misma naturaleza, no es de este mundo, porque es la novia de
Cristo y su misión es anunciar su llegada:
“Yo contemplo Tu Cámara Adornada, Salvador
mío, y no poseo ningún vestido para entrar en Ella; ¡Haz resplandecer, pues, la
túnica de mi alma, Tú que otorgas la luz y sálvame!”.
Hay dos virtudes grandes
para lograr la Resurrección que son:
I) La Humildad ("y no poseo ningún vestido...") y II) La Vigilia ("Yo contemplo Tu Cámara Adornada..."), de
allí parte el ejemplo que nos pone en el Radiante y Luminoso Lunes con José del
antiguo testamento y las Sabias vírgenes del Radiante y Luminoso Martes, José
por su gran humildad fue rechazado por sus hermanos; como Cristo que fue
repudiado por su pueblo, también fue vendido por 30 monedas de plata y
abandonado para que muriera en una fosa, pero, se hizo victorioso sobre la
esclavitud y la muerte. El domingo en la tarde con la oración del Novio se hace
la lectura de Mateo (Mateo 21: 18 - 43) y es la historia de la higuera que fue
maldecida por el Señor, por su infertilidad; que indica al hombre creado para
concebir y dar frutos espirituales y es incapaz de responder a Dios.
La virtud de
Vigilia es representada con las vírgenes prudentes que esperan al Novio (Mateo
24: 36 - 26: 1) (El Matutino en estos tres días se llama "La Oración del
Novio"), que pone de manifiesto si nuestras almas están realmente
preparadas para recibir a Cristo Salvador.
La Liturgia del Miércoles
nos confirma aún más dicha preparación, mezcla de arrepentimiento y amor que es
lo único que nos puede unir a Cristo, como lo hizo la mujer que untó a Jesús
con rico perfume (Mateo 26: 6 - 16). El
Oficio del Novio del Lunes podemos hacer también la lectura de Mateo (Mateo 22:
15 - 46 y 23: 1 - 39) donde Jesús reprende nuestra hipocresía, el Martes con el
Evangelio según Juan (Juan 12: 17 - 50) ¿cuántas veces se puede llegar a la
negación?, aumento gradual de una crisis que desemboca en la Crucifixión:
“Ahora es el juicio de este mundo”.
(Juan 12: 31).
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RADIANTE Y LUMINOSO
JUEVES:
Tres acontecimientos nos marcan en este día, La última cena
con de Jesús con sus apóstoles, el lavado de los Pies y la Traición de Judas,
los dos primeros acontecimientos nos enseña que la esencia de la salvación está
en lo que Nuestro Señor nos otorga que es el Amor y el tercero revela como
pagamos a este gesto una señal del apego al dinero y el pecado, "Acerquémonos pues con temor de Dios y fe a
la Mesa Mística y con almas puras, recibamos el Pan Sagrado y permanezcamos en
EL". Y, el Altar donde se celebra cada día este misterio se convierte
en el alma de cada uno de nosotros donde el Señor nos convoca a transitar con
EL y para EL, de la esclavitud a la libertad, EL con su Iglesia y sus apóstoles
nos lava y purifica con el agua diciéndonos: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo” (Juan 13: 8). Es de esta
manera que cada vez que comulgamos anunciamos en voz alta:
“Recíbeme hoy como
participante de Tu Mística Cena, Oh Hijo de Dios, Porque No Te daré un beso
como Judas...”.
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Vigilia de la Pasión
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